Lo que comenzó como un proyecto de maestría entre el actual Director General de Purifika, Manuel Salazar, y sus socios, terminó convirtiéndose en una de las franquicias con mayor crecimiento en México actualmente.

Las primeras pruebas de Purifika iniciaron en el 2003 en la ciudad de Hermosillo, en donde instalaron sus primeros equipos de purificación y arrancaron en el 2005 en la ciudad de Monterrey, en donde actualmente se encuentra la oficina central de la empresa, “nos fuimos dos vendedores y yo con nuestros trípticos a principios de agosto; agarramos y empezamos a visitar los negocios. Más tarde nos encontramos los tres y nos preguntamos cuántos purificadores colocamos y nos respondíamos ´No pues que ninguno”, recuerda con gracia el Director General de Purifika.

En este inicio de su camino, Manuel y su equipo, descubrieron el paradigma con el que tendrían que luchar y harían desaparecer: el agua de los garrafones es de más calidad.

Con nuevos intentos y estrategias, de no haber instalado ningún equipo iniciando su emprendimiento, terminaron ese año con 50 sistemas de purificación en restaurantes, agencias automotrices y todo tipo de empresas en la ciudad de Monterrey.

“La venta es mucho picar piedra por ser un producto nuevo”, comenta Manuel Salazar.

El equipo de Purifika comenzó a crecer y, poco a poco, más empresas y personas comenzaron a tener confianza en los purificadores como servicio, y a dejar de lado el paradigma de que el garrafón era la manera más pura de tomar agua; por lo que en el 2006, al siguiente año, comenzaron a llegar interesados a distribuir los purificadores que Purifika en ese momento manejaba. Los primeros interesados no tuvieron capacitación y con los siguientes empezaron a buscar y aprender formas para capacitarlos y enseñarles cómo funcionaba el servicio al cliente que caracterizaba a la empresa.

Tres años después, en el 2009, Manuel y su equipo se dieron cuenta que, con los aprendizajes que tenían de la enseñanza y capacitación a los 8 distribuidores, su modelo de negocio podía convertirse en una franquicia y, así, lograr llevar el mismo servicio de calidad a nivel nacional ante sus clientes.

Dos años tardó el proceso para perfeccionar su modelo de franquicia y mediante una labor de 5 años, Manuel y su equipo pudieron convencer y convertir a los 8 distribuidores que existían en ese momento en franquiciatarios.

En la actualidad y con el paso de los años, Purifika se ha convertido en una empresa, marca y franquicia con la misión de mejorar la calidad de vida de los que los rodean; con más de 30 franquicias a nivel nacional, más de 25 mil equipos instalados en 17 años, y más de 1 millón de personas hidratándose diariamente con su servicio alrededor de la república mexicana, Purifika se está abriendo paso a cumplirla rápidamente y con paso firme, mientras al mismo tiempo sigue evolucionando e innovando en el servicio de purificación de agua.