A todos nos ha pasado… nos levantamos de nuestra estación de trabajo para hacer un pequeño break, llegamos al dispensador de garrafones a llenar la botella y nada, que el garrafón se terminó.

-¿Algún hombre fuerte que venga a cambiar el garrafón?

-Y todos se hacen los ocupados, voltean para otro lado, hacen como que les suena el celular o comienzan a caminar rápido como si fueran tarde a la siguiente junta.

¡¡¡Malditos!!!

La realidad es que en la mayoría de las empresas, las personas que terminan siendo responsables de cambiar el garrafón de agua, son los empleados encargados de la limpieza.

En muchas ocasiones se trata de gente mayor, y la estadística nos indica que en su mayoría se trata de mujeres.

En empresas de tamaño mediano donde el consumo de agua y café es más alto, estas mujeres tienen que cambiar el garrafón varias veces al día, lo que provoca accidentes y lastimaduras, ya que cada garrafón tiene un peso de más de 20kg. Hay evidencias de torceduras en brazos, dolores de espalda y cansancio excesivo por el esfuerzo físico.

Empresas como Purifika ofrecen una solución a este problema, que es molesto para algunos trabajadores, pero para otros resulta verdaderamente injusto.

Con purificadores en las áreas de trabajo se logra tener abasto continuo de agua purificada de la más alta calidad, sin necesidad de almacenar y cargar garrafones, y con un considerable ahorro.

Si te cambias a Purifika, mucha gente en la empresa te lo agradecerá, y mira que también cuidas que la prima de riesgo del IMSS no te vaya a subir aún más.